Hace muchos años, la opción eran los ordenadores de escritorio. Eran mucho más potentes y baratos que los portátiles y, aunque aún encontramos mejores opciones en estos que también son conocidos como «de torre», los portátiles no están tan limitados como antes ni son tan caros. Por ese motivo, cada vez se venden más, y hasta un servidor ha cambiado su opinión con respecto a ellos. Si te estás planteando la compra de uno, sigue leyendo porque aquí te vamos a explicar todo lo que necesitas saber de estos ordenadores que nos podemos llevar a cualquier parte.
Mejores portátiles
CHUWI HeroBook Pro
Leyendo sus especificaciones y mirando su precio, es difícil de creer que exista algo como el CHUWI HeroBook Pro. Por la mitad de lo que pagaríamos por otro similar, tenemos un ultrabook con una pantalla de 14.1″ con una resolución 1920×1080 que, creedme, cuando la pruebas ya no quieres nada menos. Pero además, y también teniendo en cuenta su bajo precio, destaca que incluya 8GB de RAM y disco duro eMMC de 256GB. Por si esto fuera poco, se le pueden añadir accesorios como algunos de vídeo a su ranura M.2.
En cuanto a su autonomía, también sorprenden las 9 horas que aguanta gracias a su CPU de ultra-baja tensión, por lo que podremos trabajar con él durante toda una jornada laboral, incluso un poco más. Siguiendo con la batería, podremos cargarlo rápidamente, lo que es otro plus. El sistema operativo que incluye este CHUWI es Windows 10 Home.
HP Pavilion x360
Si buscas un portátil con buena garantía y no necesitas demasiada potencia, debes echarle un vistazo al Pavilion x360 de HP. Es un ordenador con pantalla de 14 pulgadas HD en la que podremos ver el contenido con una calidad aceptable. Quizá, su punto más fuerte es que incluye un disco duro SSD de 128GB, lo que ofrece mayor velocidad de lectura/escritura que los rígidos de toda la vida.
Por todo lo demás, hay que tener en cuenta que es un portátil algo discreto, con un Intel i3 que nos obligará a tener algo de paciencia al realizar algunas tareas y unos 4GB de RAM que nos permitirán hacer un uso a nivel usuario, pero que no están pensados para el trabajo más exigente. La GPU también es una discreta Intel UHD 600 y el sistema operativo que trae por defecto es Windows 10 Home 64.
Huawei Matebook D15
Huawei sigue dando pasos de gigante, y una muestra de ello es su Matebook D15. Se trata de un portátil con pantalla de 15.6 pulgadas, lo que es el tamaño estándar, Full HD. En cuanto a la potencia y almacenamiento, es un equipo bastante equilibrado, con un AMD Ryzen 5, que mejora el rendimiento del Intel i5, e incluye un disco duro de 256GB SSD, lo que hará que iniciar el sistema, abrir y copiar los archivos sea cuestión de un abrir y cerrar de ojos.
En ese equilibrio que mencionábamos también tenemos 8GB de RAM, lo que es la memoria aconsejada en cualquier portátil que se quiera usar para algo más que ver Netflix y consultar redes sociales. El sistema operativo que viene preinstalado es Windows 10 Home.
Acer Aspire 3
El autor de este artículo, tenía que decirlo, es «fan», entre comillas, de Acer. Y lo es por la relación calidad-precio-durabilidad de los portátiles que fabrica. El Aspire 3 es un modelo inferior al Aspire 5 que tengo yo y tiene una pantalla de 15.6 pulgadas FullHD con resolución 1920×1080 que merece la pena y siempre lo digo: una vez pruebas esta resolución, ya no querrás nada por debajo.
En cuanto a otras especificaciones, incluye un procesador Intel i5 que es más que suficiente para los que no necesiten un extra en velocidad, 512GB SSD que ofrecen mayor velocidad de lectura/escritura y unos 8GB de RAM que nos permitirán realizar varias tareas al mismo tiempo sin que el equipo sufra demasiado. El sistema operativo que incluye por defecto es Windows 10 Home.
ASUS VivoBook 15
Este VivoBook 15 de ASUS es un portátil muy equilibrado cuyo talón de Aquiles desde mi punto de vista es el procesador Intel i3. Por todo lo demás, siguiendo con lo más importante, incluye unos 8GB de RAM que nos permitirán realizar varias tareas al mismo tiempo, pero teniendo en cuenta que se abrirán un poco más despacio que si incluyera un procesador un poco más potente. Su disco duro es de 256GB, pero en SSD, lo que significa que casi todo lo que haga, como iniciar y copiar archivos, lo hará a mayor velocidad.
Otro punto un poco flaco de este equipo es su pantalla, que a pesar de ser del tamaño estándar de 15.6 pulgadas, tiene una resolución de 1366×768 que se quedan un poco justas, sobre todo si ya has trabajado con algo mejor. El sistema operativo que incluye es Windows 10 Home en Modo S, algo que se recomienda cambiar (salir del modo) tras la compra del portátil.
Cómo elegir el mejor portátil para mí
Haciéndonos ciertas preguntas para llegar a la conclusión final. La primera y más importante es: ¿para qué lo voy a usar? Si el uso que le vamos a dar va a ser navegar por la red, ver vídeos de YouTube y videollamadas, yo dejo caer que quizá lo que necesitamos sea una tablet. La pantalla es más pequeña, pero todo lo anterior es más cómodo en una tablet. Si aún con esta recomendación queremos un portátil, pues decir que nos sirve prácticamente cualquiera, incluso aquellos con un procesador y RAM discretos. Como nos sirve cualquiera, tendríamos que mirar su precio, sin fiarnos de marcas muy poco conocidas que podrían recordarnos que lo barato sale caro.
Si lo vamos a usar para realizar trabajos, merece la pena elegir algo que nos asegure que podremos hacerlo sin sufrir. Aunque esos trabajos se realicen en aplicaciones de edición de texto, yo recomendaría adquirir un equipo con potencia cercana a la media, porque uno con procesador y RAM discretos nos hará desesperarnos en algún momento. Si los trabajos son de edición de audio o vídeo, merece la pena comprar algo que incluya algo equivalente al Intel i7 y unos 8GB de RAM. Si lo que queremos es jugar, entonces ya dependerá de los títulos que queramos ejecutar. El mismo i7/8GB puede valernos, pero probablemente necesites un i9/16GB de RAM para no sentir que estamos limitados.
Así que, lo siguiente que tenemos que preguntarnos es: ¿cuánto puedo gastar? En cuanto a esta cuestión, todo es más fácil. Sencillamente tenemos que ajustarnos a nuestro presupuesto, uno general o lo que podemos pagar al mes si buscamos alguna opción financiada.
También hay algo que tener en cuenta: ¿el diseño es importante para nosotros? Si es así, la solución es sencilla: entre todas las opciones que hayamos comprobado, elegiremos la que más nos guste. Pero, personalmente, recomendaría dejar esto para el final y priorizar la potencia.
Tipos de portátiles
Si pensáramos que todos los ordenadores portátiles son iguales, nos equivocaríamos mucho. Sí hay algo que comparten: son portátiles y podemos llevárnoslos de un lugar a otro con cierta facilidad, pero hay tipos perfectamente identificables, como los siguientes:
Ultrabooks
Un Ultrabook es un portátil que tiene que cumplir con ciertos requisitos. En un principio, la palabra fue solicitada y registrada por Intel para competir con el MacBook Air de Apple, pero ahora la usan todo tipo de marcas para vender sus equipos con características que juntan en un mismo portátil ligereza, finura y potencia:
- No debe ser más grueso de 21mm.
- Tiene que ofrecer buena autonomía. En un principio, se usaba un procesador de Intel de ultra-baja tensión. Como mínimo, deben aguantar 5 horas, pero también los hay con mejor autonomía que llegan o superan las 10 horas.
- Todo tipo de conexiones, como WiFi, Bluetooth, puertos USB y todo lo necesario.
- Carcasa metálica para disipar el calor, algo necesario en equipos con un diseño tan comprimido.
- Los precios suelen ser un poco más altos que los de los portátiles normales, en parte porque incluyen componentes más potentes. Suelen empezar por debajo de los 1000€, pero pueden llegar a valer varios miles más.
- Encendido rápido.
- Por lo general, discos SSD o híbrido.
Portátiles para jugar o «gaming»
Aunque cualquier ordenador potente nos serviría para este cometido, hay ordenadores que se diseñan especialmente pensando en el «gaming». Suelen cumplir con los siguientes requisitos:
- Pantalla con buena resolución. Cuanto mejor se vean los juegos, mejor. Por lo tanto, cualquier ordenador para el gaming debería tener una resolución mínima de 1920×1080.
- Procesador potente. Hay algunos con Intel i7 o similar, pero los más modernos ya montan un i9 o similar.
- Buena memoria RAM. Los juegos pueden tener muchas texturas que podemos perdernos o ver de manera limitada si nuestro equipo no es potente. Un buen ordenador para el gaming debería tener 16GB o más.
- Disco duro de gran almacenamiento. Los juegos pueden tener un peso elevadísimo, por lo que nuestro ordenador para el gaming tiene que tener un disco duro muy grande para almacenar todos los títulos posibles. Si puede ser, debe tenerlo SSD.
- Diseño agresivo. La gran mayoría de ordenadores que se venden con la etiqueta de «gaming» tienen un diseño más agresivo que cualquier otro ordenador. Esto puede incluir teclado retroiluminado con colores brillantes y formas menos finas.
- Teclado más resistente para soportar los «golpes» o pulsaciones más fuertes que le daremos al jugar.
Portátiles para trabajar y estudiar
Los portátiles para trabajar suelen ser ordenadores con componentes medios y un diseño un poco más sobrio; nada que ver con los portátiles para el gaming. Siempre y cuando no se vayan a realizar tareas pesadas, son ordenadores que, dependiendo del trabajo, necesitaremos unas características u otras, pero nos vale cualquier portátil de gama media que, hoy en día, debería empezar por un procesador similar al i5 de Intel y 4GB de RAM.
A no ser que nuestro trabajo sea algo más exigente y tengamos que realizar tareas de edición de vídeo/audio, en cuyo caso necesitaremos un equipo más potente que debería empezar en un intel i7 o similar y 8GB de RAM. El disco duro SSD también ayudará a mejorar la velocidad.
Estaciones de trabajo
Las estaciones de trabajo están pensadas en el trabajo y la productividad. Suelen incluir GPUs de gran potencia y puertos de todo tipo, incluso aquellos que pensábamos que ya no se usaban, para cubrir todas las posibilidades. Su diseño no tiene el por qué ser fino, al contrario; suele ser robusto para aguantar el paso del tiempo.
Portátiles híbridos o dos-en-uno
En realidad esto no son portátiles propiamente dichos, pero se pueden usar o convertir en uno. Son equipos que vienen con su teclado, su pantalla y todo muy parecido a un portátil convencional, pero se puede desmontar y convertirse en una tablet. En general vienen con Windows preinstalado, un sistema que es compatible con pantallas táctiles e incluye un modo tablet para facilitarnos las cosas.
Pero hay que tener una cosa en cuenta: al incluir hardware especial, no suelen ser tan potentes como otros portátiles y suelen tener un precio algo más elevado, por lo que sólo merecen la pena si queremos un portátil y una tablet sin tener que comprar dos dispositivos y si no necesitamos lo más potente del mercado.
Chromebooks
Los Chromebooks son ordenadores que fabrica Google y usan su sistema operativo de escritorio, llamado Chrome OS. Son ligeros y no suelen tener mucha potencia, pero tienen la necesaria para mover el sistema operativo que incluyen. Google los mejora año tras año y su sistema operativo también, tanto que en sus últimas versiones puede ejecutar apps de Android y de Linux.
Netbooks
Los Netbooks son los ordenadores más pequeños del mercado. Suelen tener un tamaño de 10″ y unos componentes muy limitados, por lo que sólo están recomendados para un uso esporádico o para lo que tenéis explicado debajo de estas líneas. Su tamaño y potencia no los convierte en la mejor opción para trabajar, pero su precio los hace atractivos para los que necesiten algo del tamaño de una tablet que pueda ejecutar un sistema de escritorio.
¿Me compro uno pequeño o uno grande?
Va a depender, y mucho, de nuestras necesidades. La lógica ya nos ayudará a entender para qué está diseñado cada uno: el pequeño tiene un tamaño similar al de una tablet, con su teclado incluido, y es capaz de mover aplicaciones de escritorio. El grande será más potente y podremos trabajar mejor con él. Por ese motivo, yo me compraría uno u otro dependiendo de lo siguiente:
- Pequeño: cuando hablamos de pequeño, nos estamos refiriendo a uno de 10″ o 12″ como máximo. Los de 13″ tampoco es que sean muy grandes, pero ya estarían en un término medio entre lo estándar (15.6″) y lo realmente pequeño. Estos portátiles suelen tener componentes limitados, por lo que no nos van a servir para realizar tareas pesadas. Por otra parte, y creedme que yo lo he hecho, no son la mejor opción si vamos a usarlos para escribir porque su teclado es demasiado pequeño. ¿Para qué lo recomendaría yo? Para usos esporádicos, para cuando necesitemos un ordenador fuera de casa que no cueste nada de transportar u, otra opción interesante, si también lo queremos usar de centro multimedia conectándolo a una pantalla.
- Grande: cuando hablamos de un portátil grande, en realidad estamos hablando de uno de tamaño estándar, o un poco más porque también los hay. En un ordenador grande veremos más contenido y los componentes son más potentes que los que encontramos en uno pequeño, por lo que nos servirá mejor para realizar todo tipo de trabajos. Además, su teclado también es más grande y nos será más fácil escribir con él. Todo lo que podamos hacer con uno pequeño lo podremos hacer con uno grande, pero también nos costará un poco más transportarlo.
Qué debería incluir cualquier portátil
Esto puede ser algo subjetivo. Aunque aquí os vamos a poner una lista de cosas que debería incluir, puede que alguna de ellas no la uséis jamás, por lo que estaría de más en vuestro equipo. En cualquier caso, cualquier portátil debería incluir:
- Puerto Ethernet. Sí, cierto, existe el WiFi, pero la conexión directa siempre será más rápida y estable. Puede hacernos falta alguna vez.
- HDMI. Se trata de la salida estándar para audio y vídeo y desde ella podremos conectar cualquier portátil moderno a cualquier pantalla/TV moderna.
- Puertos USB. El más importante de los tres más usados sería el USB 3.0, puesto que más rápido que el 2.0 y comparten diseño. Que también tenga una entrada USB-C no nos haría daño.
- Lector de tarjetas. Con un lector de tarjetas podremos leer las tarjetas SD. Suelen ser puertos grandes y podemos leer las más pequeñas con el uso de adaptadores.
- Puerto de 3.5mm. Aunque una conocida marca sugirió y empezó a eliminarlo por obsoleto, aún se usa mucho. Puede servir sólo de salida de audio, pero también de entrada.
- WiFi 802.11ac. Es la conexión inalámbrica más rápida y merece mucho la pena. Su banda es la de 5GHz, que es de menor alcance, por lo que también merecería la pena asegurarnos de que nuestro portátil es compatible con la de 2.4GHz, que llega más lejos y atraviesa mejor las paredes, pero es más lenta.
- Cámara web. Sin ella, y su micrófono, no podremos hacer videoconferencias.
- Panel táctil. Es el ratón integrado de los portátiles, por lo que es difícil que hoy en día encontremos uno sin él, pero merece la pena que sea multitáctil, lo que nos permitirá, como mínimo, hacer clic secundario con dos dedos.
Entre otras especificaciones o componentes opcionales tendríamos una pantalla táctil, un lector de CD/DVD, que cada vez se usa menos pero puede sacarnos de algún aprieto, y un lector de huellas para mejorar la seguridad.
Mejores usos de un portátil
Dependiendo de la potencia del portátil, podremos hacer tareas más o menos exigentes. Si compramos uno muy potente, como los diseñados para el «gaming», podremos hacer prácticamente cualquier cosa con ellos, por lo que lo mejor que podremos hacer con ese portátil es usarlo en cualquier parte. Pero como ese tipo de portátil no son la norma, si vamos a mencionar cuáles serían los mejores usos de un portátil medio:
- Trabajar en cualquier parte, incluso fuera de casa. Por ejemplo, alguien que trabaje en algo similar al periodismo, puede cubrir un evento sentado y escribir todo lo que está pasando in situ. Si nuestro trabajo es de otro tipo pero también nos exige movernos, un portátil nos permitirá trabajar estemos donde estemos.
- Estudiar. A los estudiantes les encantan los portátiles. A diferencia de los fijos, les permiten usarlos y estudiar en cualquier parte, lo que incluye en un sofá o en su cama.
- Centro multimedia o para presentaciones. Con software especial, o directamente desde el navegador, podemos consumir contenido de todo tipo. Vale que esto también podemos hacerlo con uno fijo, pero uno portátil también nos permitirá conectarlo a una pantalla o TV y disfrutar del contenido en nuestro salón, o en casa de un amigo. En este punto también podemos decir que nos servirá para hacer presentaciones mejor que uno de torre que, bueno, sería muy difícil montarlo en un aula o habitación similar.
- Jugar estés donde estés. Muchos jugones prefieren los ordenadores de escritorio, pero necesitan un ordenador fijo, una pantalla grande e incluso un asiento cómodo. Un portátil gaming nos permitirá hacer más o menos lo mismo, pero desde el sofá, por ejemplo.